Los trucos para sacarle el máximo partido a esta aplicación de diseño
¡Hola! ¿Qué tal? Espero que el inicio de este nuevo curso os esté yendo bien. En esta entrada os voy a hablar de la aplicación Canva Pro, que puede resultaros muy útil para crear vuestra propia imagen de marca de cara a posibles clientes o simplemente para haceros un CV atractivo.
En la mayoría de los casos, los traductores e intérpretes trabajamos por cuenta ajena. Esto nos convierte en la empresa: somos una marca. Y si utilizamos nuestras redes sociales como método para encontrar clientes, tendremos que llevarlas con especial cuidado.
1. Currículum
Aunque no os interese el diseño ni crear todo un kit de marca, os habréis dado cuenta de que cada vez se llevan menos los currículums planos de Word. Existen cientos de páginas web con plantillas para CV, gratuitas y de pago, pero la que más recomiendo es Canva.
Diferentes plantillas para la creación de un CV con Canva
Eso sí, muchas plantillas de Canva traen por defecto un espacio para una foto de perfil, así que no olvidéis lo que hablábamos en la entrada anterior. Si no la habéis leído, podéis hacerlo aquí.
Algunos consejos bajo el lema keep it simple:
- La información más importante son vuestras lenguas de trabajo, vuestra dirección de correo electrónico y vuestro teléfono. Que estén a la vista.
- Evitar sobrecargar la plantilla con colores estridentes y otros elementos tipo dibujos o stickers.
- Estudios, experiencia y herramientas que manejáis. Podéis incluir una breve presentación, pero poco más, el resto tiene cabida en la carta de presentación. Las listas de puntos funcionan muy bien para que la información sea más visual.
- Nadie necesita saber vuestra fecha de nacimiento y menos si puede denotar que lleváis poco tiempo en el mundo laboral.
Por otro lado, Canva tiene la ventaja de tener muchas plantillas gratuitas, lo que está bien si no queréis más que un CV simple, bonito y llamativo. Sin embargo, si lo que os interesa es crear un kit de marca, os recomiendo que probéis la versión Pro. Quizá es una inversión algo costosa si todavía no tenemos demasiado trabajo, pero en ese caso, podemos aprovechar los 30 días de prueba gratuita. Una de las principales características de la versión de pago es que os permite crear un apartado con vuestra paleta de colores y un tipo de letra característico que tendréis a mano siempre que creéis un diseño nuevo. Esto es lo que ayuda a identificar vuestras redes claramente y que no sea un popurrí.
2. Encabezados
Si utilizáis Twitter, Facebook o solo LinkedIn como redes de trabajo, resulta muy interesante incluir un encabezado con vuestro nombre profesional. También podéis tener el teléfono, las lenguas de trabajo o el correo electrónico. El encabezado es lo primero que se ve cuando alguien entra a nuestro perfil, y no está demás personalizar el nuestro.
Mi encabezado de LinkedIn a modo de ejemplo.
Si os fijáis, veréis que en mi encabezado he utilizado el mismo tono de verde y la misma letra que en la página web para que sea más fácil de reconocer. En mi caso me he beneficiado además de la versión Pro para redimensionar el mismo encabezado con el objetivo de utilizar el mismo en Twitter y Facebook sin tener que crearlo de nuevo.
3. Logo
Aquí empezamos a entrar en lo más prescindible. No es necesario crear un logo, pero queda bastante bien si queremos tener nuestra propia marca. En este aspecto, lo mejor es experimentar con superposiciones y fondos transparentes. De esta manera luego podréis utilizarlo sobre la plantilla de tarifas si la vais a enviar a alguna agencia, el CV, tarjetas de visita…
Mi logo en color verde Mi logo junto al nombre profesional
Mi logo es resultado de la superposición de un logo de ordenador portátil y dos cuadros de texto. Lo más importante es que se pueda deducir que traduzco textos. ¿Qué os parece?
Lo que hice fue crearlos en diferentes colores (verde, blanco y negro) con el fondo transparente para pegarlos sobre cualquier plantilla según la paleta de colores. Igualmente, tengo otros a los que les puse mi nombre profesional al lado porque hay veces en las que me interesa que aparezca y otras que no. Se trata del logo que veis en todas las imágenes de cabecera que he diseñado yo misma para el blog, lo utilizo a modo de marca de agua.
4. Tarjetas de visita
Cada vez se llevan menos, es cierto, pero personalmente me hacía una ilusión tremenda tener las mías propias. ¡Además, me llegaron a casa el pasado 30 de septiembre, cuando celebramos el Día Internacional de la Traducción!
De nuevo, seguí el mismo método: escogí la plantilla que más me gustó y luego le cambié la paleta de colores, el tipo de letra y le añadí mi logo.
Al igual que en el CV, los datos más importantes son los idiomas y especialidades, junto con los datos de contacto.
Canva también ofrece servicio de impresión, sin embargo, yo las descargué y las imprimí a través de otra página web.
Si os gusta la idea, pero no queréis algo en formato físico, en la entrada que os dejo enlazada os hablé acerca de las tarjetas de visita virtuales.
La verdad es que pueden resultar poco útiles. En mi caso, las voy a dejar en algunos comercios de mi familia. Aunque siempre está bien llevar alguna encima porque nunca se sabe: quizá vuestro próximo cliente es un vecino al que os acabáis de presentar en el rellano. 🙂
¿Qué os parece esta idea? Espero que si estabais pensando en hacerle un lavado de cara a vuestro CV podáis inspiraros en esta entrada. ¿Conociaís alguna otra herramienta parecida? Si tenéis comentarios o sugerencias, no dudéis en dejármelos aquí abajo.
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Imagen de cabecera hecha con Canva Pro.
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